Doha, capital de Qatar, es una ciudad llena de detalles para no parar de sorprenderse. Hecha para el confort, la belleza, el lujo, y a la vez, TODA, desde sus edificios; nacida de símbolos (la rosa del desierto, la perla, las mezquitas, la cinta de Moebius (¡¡¡cuando vi este casi me muero de la emoción!!! Es una analogía de cómo dos dimensiones se convierten en tres, y a partir de ahí, las matemáticas pueden simular la existencia de otras dimensiones)... ¡Esto es una fantasía numérica como ninguna, y ahí está, es el "Al wahda", una escultura bellísima bajo la que pasan los carros más increíbles del mundo. Conocía la cinta de Moebius, por eso imaginarán mi asombro al ver esta escultura.
Cada edificio es una historia y te deja sin aire con sus formas y materiales... El museo de Qatar está basado en la formación rocosa natural, "La rosa del desierto", y el edificio es esa rosa... Las pequeñas islas de la perla fueron creadas por el hombre, en el mar, para simular perlas, el origen del pueblo de Qatar. Ellos eran, hace no muchos años, pescadores y comerciantes de perlas.
En este lugar, un reloj de 800 millones de pesos lo encuentras al lado de un cuarto de oración. Parques para correr con pisos especiales, andenes y glorietas hermosos llenos de flores de los colores más vivos que he visto, luces y más luces adornando y delimitando calles y edificios, sofá afuera del ascensor, zona VIP del metro, andenes con aire acondicionado... Un porcentaje altísimo de la población son expats. Aquí oriente y occidente conviven en sus centros culturales. La ópera está al lado de una mezquita. Starbucks al lado de un cuarto de oración. Lugares delimitados para hombres, mujeres, o familias, una ciudad que tiene parques de niños en todas partes...
Aquí las mujeres usan zapatos y bolsos de los mejores diseñadores europeos, y un maquillaje hermoso, bajo su atuendo. Lo lucen con orgullo. ¡Son tan vanidosas, hermosas y devotas, como las paisas! Los hombres caminan y se mueven de forma suave y pausada. Las placas de los carros con pocos números son símbolo de estatus. Pagan millones por ellas. Una placa puede costar más que el carro más lujoso.
Hablo desde la perspectiva del turista que tiene la suerte de ver la parte más colorida de Qatar. Seguramente, como en todo, hay otras historias, otras experiencias no tan fantásticas. No podría saberlo, ni opinar sobre lo que no conozco.
Los expats encuentran en Qatar una vida occidental. Pocas restricciones para su forma de vestir o su estilo de vida. Salvo cuando se trata de estar en lugares con connotación religiosa o familiar.
El sector de la Perla, donde estoy pasando estos días, es ¡creación humana! No digo artificial, porque tendría que poner este calificativo a todo lo que es creación del hombre, incluida nuestra música occidental y su maravilloso sistema de doce semitonos que tanto disfrutamos... Dice Fernando Sabater en un capítulo de Las preguntas de la vida (libro muy recomendado sobre filosofía para jóvenes) : "Somos artificiales por naturaleza".
