ARTISTA EN RESIDENCIA



eXPECTATIVA



Escribo desde un aeropuerto. He estirado mi llegada a Finlandia. Este viaje es sobre todo, sobre las próximas semanas. No conozco los dos coros con los que estaré compartiendo en menos de dos días.


Rauma parece desde lejos, un cuento. Con estas personas parezco tener mucho en común, yo, pequeña, de pelo y ojos negros, con acento paisa; ellos rubios, altos, de ojos azules. Lo poco que conozco de ellos, es que son personas silenciosas y reservadas, pero llenas de humor y alegría. Es una mezcla que me parece preciosa.


He vivido muchas cosas durante las últimas semanas en España y en el medio oriente. Ha sido un tiempo para observar el mundo y reflejar en él mis dudas existenciales. Durante los últimos años he ido buscando y siguiendo los caminos que se abren a mi corazón. No puedo evitar rechazar los caminos convencionales. No me hacen feliz.


Ya estoy a 40.000 pies de altura sobre alguna ciudad, algún río, o algún pedazo de mar. La residencia empieza en un día.


El primer día es para conocernos. Es bastante abrumador este momento. Me cuesta concretar los planes para este taller. Empezaremos con una corta meditación en movimiento, respirando, encontrando un ritmo, imitando con la voz la trayectoria del cuerpo. Haremos melodías con nuestros nombres. Dos compases, respetando los acentos, sencillas, recordables, llevaré algunas rutinas rítmicas y melódicas...


Es miércoles. Nuestra primera sesión fue el lunes pasado. Todo sucede más rápido de lo que espero. Me he conectado de una manera muy bonita con el coro de mujeres. Ha sido de las sesiones más divertidas en las que he estado. Me siento muy orgullosa de haber logrado risas y una conexión mágica a través de la música... Estoy escribiendo algo. No quiero hablar mucho de ello, porque temo poner públicos ciertos planes que aún no concreto.


Me ha costado un poco más con los niños, sobre todo, porque no hablan inglés. Algunos estaban muy alegres, pero uno de ellos en particular se sintió intimidado ante la idea de cantar algo nuevo con una persona desconocida. Lo noté y no supe cómo hacerlo sentir bien. Especialmente porque no hablo finés. Es normal. Toma tiempo. Trataré de encontrar la manera de hacerlos sentir tranquilos y alegres.


Hoy he tenido una reunión muy bonita con los miembros de la junta de la residencia artística. Conocí el proyecto de mi compañera de residencia, ¡la chica neoyorquina con la que comparto la casa es una artista plástica muy impresionante! ... También podía ver en sus caras la sonrisa al escuchar mi música, mi visión del arte y la presentación de mi proyecto. -"Ihana" decían, (finés para adorable).


Es un buen día. Es raro sentirse a gusto con las búsquedas poco convencionales. Normalmente no quiero ser poco convencional. Es incómodo, es extraño... pero en lo convencional nunca ha encajado mi corazón.


En Finlandia aman y aceptan la honestidad, el arte, la cultura, el conocimiento, la investigación, los experimentos. Las residencias artísticas son comunes.


He escuchado toda mi vida la valoración del arte como mercancía. Los likes se usan hasta por los mismos artistas para sentir que son mejores... Y en el fondo yo sé que eso no es. Que el mercadeo y el arte son cosas distintas. No es un juicio de valor. Está igual de bien elegir una cosa o la otra, o ambas. Pero son cosas distintas. Y después de tener esa claridad, la vida artística es más eficiente y hermosa.